A las 5 de la tarde, más de 60 músicos partían rumbo a Chauchina. Allí nos esperaban, con más de una hora de antelación, los chicos y chicas de la organización ataviados con su llamativo uniforme bicolor naranja y blanco. Nosotros, los músicos, igualmente ataviados con las camisetas del Café Central Teatro que a la espalda mostraban el nombre de nuestra banda. El escenario semiesférico, que tantas noches de gloria ha dado a la localidad granadina, estaba igualmente preparado con las sillas y sus atriles respectivos.
Nuestros músicos invadieron rápidamente el escenario, como deseosos de que la actuación empezara cuanto antes. Muchos habían oído hablar del Certamen de Chauchina durante años, pero nunca antes habían estado allí. Sólo faltaba algo más de una hora para que comenzase el espectáculo.
Tras vestirnos con nuestro característico uniforme, completamente de negro y con la corbata del color de la bandera de Baeza, calentamos nuestros instrumentos en el parque aledaño realizando unas escalas, las maderas en un círculo y los metales en otro.
La esperada noche estaba a punto de empezar, sólo quedaba realizar una primera afinación y los músicos nos dirigimos a las gradas para ver y escuchar a los compañeros de la Agrupación Musical Alj-Xauco de Jabugo (Huelva).
Músicos de la Banda Sinfónica Ciudad de Baeza y de la Banda "Maestro Dueñas" del Puerto de Santa María escuchando a la Banda de Jabugo
Esta banda de la famosa localidad de Jabugo ha sido creada, igual que nosotros, en el año 2009 de la unión de dos bandas municipales, la de Jabugo y la de Galaroza.
Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a esta banda que ha conseguido, en muy pocos meses, formar una agrupación que dará mucho que hablar.
Llegaba nuestro turno. Tras colocar en posición correcta las sillas y atriles, entramos a un caluroso escenario en el que nunca antes habíamos tocado ni una sola nota.
Era la hora de disfrutar de lo que mejor sabemos hacer: música. Y así lo hicimos.
Disfrutamos tanto sobre el escenario que casi no recordamos haber tocado el pasodoble "El Niño de Jerez", "Júpiter" o "Candide". Tanto que cuando acabamos nuestra última obra, la "Orgía" de las "Danzas Fantásticas" de Turina, nos había sabido a poco. Casi ni nos habíamos enterado. Si dos días antes, ante los insistentes aplausos del público, habíamos bisado la "Orgía" en nuestro I Concierto "Música Sinfónica para la Humanidad", aquí no podíamos hacerlo, y sólo hicimos lo que debíamos hacer, abandonar el escenario para dejar paso a la siguiente banda de música.
De vuelta a las gradas del público, entre el cual se podían ver varias personas de Baeza, nos dispusimos a disfrutar de la banda veterana de la noche, la Banda de Música “Maestro Dueñas” del Puerto de Santa María (Cádiz).
Sus más de 150 años de historia se asomaban, por primera vez, al escenario del Auditorio Municipal de Chauchina, y no defraudaron.
Tras la actuación de esta última banda, la organización entregó un obsequio (una pequeña lira y un cuadro con la partitura de un pasodoble del coronel Francisco Grau dedicado a Chauchina) a los representantes de los ayuntamientos (de Baeza no fue ninguno) y a los dirigentes y directores de las bandas como agradecimiento por su participación en el certamen.
Joaquín Fabrellas, Director de la banda, y Juan Manuel Blázquez, Presidente de la Asociación, recogen los obsequios
Dirigentes y directores de las tres bandas durante la entrega de obsequios
De izquierda a derecha: director de la banda de Jabugo, director de la banda de Baeza y director de la banda del Puerto de Santa María
Dirigentes y directores de las tres bandas durante la entrega de obsequios
De izquierda a derecha: director de la banda de Jabugo, director de la banda de Baeza y director de la banda del Puerto de Santa María
Resumiendo, las tres bandas, que actuaban por primera vez en el certamen, estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellas y deleitaron al público asistente con tres estupendos conciertos preparados especialmente para la ocasión.
Tras finalizar la larga velada musical, la organización ofreció una cena a las tres bandas y a los representantes locales asistentes, en la que se pudo observar el grado de compañerismo entre los componentes de las tres agrupaciones y en la que se intercambiaron los productos típicos de cada ciudad: vino, ibéricos y aceite.
A altas horas de la madrugada, los componentes de la Banda Sinfónica Ciudad de Baeza regresaban satisfechos a su ciudad: habían representado a la ciudad de Baeza como se merecía, a pesar del apoyo nulo de su ayuntamiento. Quizás, así, tuvo más mérito.