Hace unos años un grupo de músicos decidió crear una Asociación, la cual trabajó duro para intentar plasmar unas nuevas ideas musicales en Baeza. Todo arrancó con los Conciertos de Jóvenes Interpretes (que ya no lo somos tanto, pero que en su día lo éramos más, no mejor que ahora). Lo cierto es que fue difícil empezar, duro continuar (¿verdad Miguel?) y cuando ya parecía que no podíamos reflotar la nave apareció una chispa que encendió la mecha de nuestras ilusiones (la culpa la tienen unos 6 u 8, eh Miguel?). A partir de aquí parece como si de repente el Espíritu de la Navidad ha llegado al Corte Inglés alcanzara nuestras almas. Todos y cada uno de nosotros intentamos echar carbón a nuestro tren, al tren de la Sinfónica para que arrancara de una vez por todas para no tener que parar en el olvido, sino más bien lo contrario: parar de estación en estación recobrando éxitos, ilusión y, lo que es más importante todavía, amigos , compañeros y personas queridas para toda la vida.
Me acuerdo especialmente de esa copa en el bar cercano a nuestra provisional sala de ensayos, aquella entrada del señor alcalde, aquel silencio….la máquina empezaba a funcionar….. aquellas llamadas por teléfono a Carmona, Abdón, Cecilio, etc….En mi casa me decían: Haber lo que vais a hacer….realmente merece la pena….no os da lástima….y si la cosa no sale bien…ya te vas a meter en más complicaciones…no si al final esto nos va acostar el divorcio…(esto último que no se entere nadie). Pero quien me hizo confiar ciegamente en todo lo que íbamos a hacer es Luis, mi hijo, que ya empezaba a tocar todas las flautas de una colección que poseo de todas las partes del mundo y a dirigir como un gran director de orquesta cuando los sábados y los domingos a las 8 de la mañana nos tragábamos enteros los conciertos de la 2 (así conseguía que mi hijo se tragara el desayuno sin pestañear). Realmente quería que en un futuro él y otros como él pudieran tener un sitio en el que poder disfrutar de la música… y ese sitio se llama Banda Sinfónica Ciudad de Baeza.
Horas y horas delante del ordenador, preparando aquella primera reunión de la cual salía constituida la Banda, aquellas Juntas Directivas en casa de Miguel,….y, sobre todo, cuando pusimos el nombre de Joaquín como director de este gran proyecto. Mi querido amigo Joaquín, quien sino. Perfecto. Gran persona y gran músico. Todos de acuerdo.
Seguimos con las llamadas de teléfono (vaya factura). Llamo a Miguel, luego a mi primo (¿Cómo va la niña?), Carmona, ¿como va la página web?, Abdón, esta noche en tu casa tratamos esto y lo otro, - no hace falta ya lo tengo hecho todo (que barbaridad, Abdón es un genio en cuanto se pone). Miles y miles de segundos robados a mi vida, sobre todo personal. Tanto es así que perdí 5 kilos de peso con todo lo que hicimos. Ni qué decir Méndez (que monstruo…..que empeño…que esfuerzo ….por cierto, muy bonitas las campanas que compraste por Internet…). Pero…., ¿de verdad ha merecido la pena?........
ME CAGO EN TO´. ¡Claro que ha merecido la pena!
El día del concierto me levante a las 7 de la mañana, ya que a mi hijo le están saliendo los colmillos y no ha dormido bien por la noche (yo tampoco pude dormir, me acosté con Margot en la cabeza y me levanté con Star Wars). Le doy de desayunar, viendo los conciertos de la 2 (creo recordar que era música barroca)…. Le cambio el pañal, lo visto, me visto y rápidamente lo bajo a casa de mis padres para que se queden con él , ya que mi mujer trabaja ( es una faena que ella no pueda asistir a un acontecimiento tan especial el cual me ha visto trabajar muy duro durante tantas horas). Vuelvo a casa, desayuno, apenas sin tener apetito, me ducho y empiezo a vestirme ( hasta los calzoncillos los llevo negros). La verdad es que la combinación con la corbata es perfecta. Me coloco los zapatos de mi boda, preciosos, aunque me hagan un poco de daño. Preparo la flauta, el atril y mi soporte de flauta, ya que muchos llevan uno, pues ahí va el mío (pesa un cojón y parece mas bien un consolador). Cojo el coche con algo de nervios pensando en si estará el frontal puesto y si encontraré aparcamiento cerca. Sí, lo hay. Me bajo y veo a Méndez….”que ya esta todo montao” (me lo imaginé). Eran las 10 de la mañana y allí estaba Chico, medio sobao, Abdón junto con Martín (no se confundan ustedes). Después llega José Alberto y nos ponemos a colocar las sillas y las carpetas, aunque no está todo muy claro. También colocamos la tarima del director, aunque con ayuda de un cartón hemos conseguido que no baile y sea estable. Estos se marchan a ponerse guapos. Allí aparece Juanfran y poco a poco nos encontramos con el dire y muchos más….empiezan los nervios…..
Y nos sentamos……y probamos…….y comenzamos……y llegamos al éxtasis con las magnificas palabras de Rodri, mi profe de flauta del Conservatorio Superior de Música de Córdoba. GENIAL. Sobre todo la manera de decirlo, sobre todo cuando nombró a nuestro maestro Rafael,….soltamos algunas lágrimas….que duro y que bonito a la vez. Mil gracias a los dos presentadores. Gracias Rodri, gracias Rafael….
Nota a nota, frase a frase….mi querido amigo Joaquín enfrente, mi primo y mi querido Carmona a la derecha, José Alberto y Antonio con gran seguridad, unas miradas cómplices con Álvaro (si hace poco eras un crío) y, sobre todo, el gran Cecilio a mi lado, como siempre me encanto. Es especial hacer música con él, es un genio (en la comida de después comentamos como en las Casas Consistoriales, cuando de pequeños dábamos clases aquel verano con Rodri, Seba y Juande, éramos los menos buenos de todos y para el concierto de fin de cursillo, en un principio no íbamos a participar, pero encontraron un duo muy facilito de blancas y redondas…..ese fue nuestro primer dúo, nuestro primer concierto). Como pasa el tiempo, Ceci. Detrás Rosell, impresionante, Vicente, Martín, Pope, Maikel (que gran esfuerzo, grandísima persona grandísimo músico), Ángel y su mirada de complicidad, como si el tiempo no hubiera pasado desde esos Talleres Provinciales…etc….hasta llegar a Méndez y el gran Abdón (¿dónde te metiste, amigo?), que gran esfuerzo, que genio.
Terminó todo. No me lo puedo creer, que bien salió todo, que ovación, que palabras de Joaquín…. Lágrimas de Carmona, de Ceci, de Pope, de Joaquín y aquel abrazo en el que rompimos a llorar al principio de los vestuarios, del Americano y de ¡su padre!....
Y muchas más emociones.
Realmente aquí no comienza un proyecto, sino una familia, la gran familia de la Banda Sinfónica.
Muchas gracias a todos, muchas felicidades, mucha salud y muchos pelos de punta con el arte que sabéis todos hacer con la música.
Un besazo.
Juan Manuel Blázquez Álvarez.
Flauta, presidente y amigo.