No tengo buena memoria temporal, se borra cuando tengo que acordarme de fechas, pero no olvido lo que se marca en el alma; como las sensaciones, la alegría de un momento, el orgullo de ser parte de algo, porque todas éstas siguen imborrables ahí.
Hablo de un pregón de S.S. allá por el año 1.986 mediado el mes de marzo, en la Iglesia de S. Cruz; el día que me estreno como músico. Me creía una persona importante por mi uniforme, tenía nervios, pasé la noche sin dormir, un nudo en el estómago. Recuerdo a mi madre planchar la camisa y la alegría reflejada en mis familiares y compañeros.
Por razones del destino (que algunas veces hay que creer en él), me encuentro con 33 añitos, nervios, la noche sin apenas dormir (¡ay mi nene!, que también ayudo a eso), un nudo en el estomago y mi amor planchándome la camisa (¡qué paciencia tiene conmigo!), la alegría en nuestro rostros. Y también estamos a mediados de marzo.
Si yo estaba así, ¡como estarían mis jóvenes compañeros! Eran el reflejo de mí hace muchos años y, aunque intentaba ocultarlo e imponer serenidad, me tenían cazado. Creo que me veían con más aplomo. Pero estoy seguro que no les pude ocultar la ilusión porque era la misma que tenían ellos.
No saben aún lo que ha significado para nosotros ese día, se lo dijimos pero nos miraban con cierta pizca de asombro. “Qué tíos más sensibles los abuelos éstos que llevan toda la segunda parte con los ojos vidriosos y algunos hasta llorando”. Tranquilos, aunque no somos de lágrima fácil, pero ahí volcamos al exterior todo lo que teníamos dentro.
Algunos los obligaron a irse por la puerta de atrás de la que era su casa, otros nos machacan por detrás; pero a todos nos une una amistad que supera barreras, que se fraguó con la música y que cada día se incrementó hasta convertirse en hermandad, porque sí, son mis hermanos los que estaban en el escenario el Domingo y como quiero que mi familia siga creciendo, os invito a pertenecer a ella, a esta gran familia que es la BSCB.
El respeto se consigue con el tiempo, pero conseguísteis el mío desde el principio. Eso dice mucho de vosotros. Os animo a que os embarquéis en este proyecto como hermanos de una gran familia que estamos formando poco a poco.
Muchas cosas se pueden decir. Se puede escribir mejor pero he decidido no repasar el texto porque lo que se dice con el interior se queda como está. Que ya es bastante.
Luis Carlos Fernández Serrano
Clarinete y Vicepresidente de la Banda Sinfónica Ciudad de Baeza